En El Ateo no existe, afirmo que el hombre no pude tener vacío el lugar de Dios. Y a veces tratamos de llenarlo con cualquier cosa.
Otra veces, decimos creer en Dios. Pero ese dios, lo hemos creado a nuestra imagen y semejanza. Es decir, si yo creo que algo está bien, entonces este dios, también lo cree. Quizá alguien me diga que el tomar alcohol descontroladamente esté mal, pero yo trato de buscar un razonamiento para explicar por qué mi dios cree que no está tan mal, o que yo soy la excepción a la regla.
Y si nunca pensamos en “¿Quién es mi Dios?”, entonces este dios será un dios severo con otros, pero indulgente conmigo. Será un dios cambiante, se adecuará a la cultura, a los tiempos, a las modas ideológicas.